Para el artículo de hoy os traemos un método muy interesante y muy desconocido. Ciertamente, no es para todo el mundo, pero no por ello vamos a dejar de describirlo. Hablamos del método LOCI, o el Palacio de la Memoria.
Se dice que este método es el que usaban los antiguos senadores romanos para dar discursos durante largas horas sin disponer de notas ni apuntes. También lo usaban los monjes para memorizar la Biblia durante la Edad Media y poder recitar sus versículos a voluntad. Es más, LOCI significa “de los lugares” en latín, adquiriendo de ahí su nombre.
¿Qué es?
El método LOCI de estudio es una forma peculiar de estudiar y memorizar. Es recomendable, en especial, para personas creativas y con una buena memoria visual. Además es especialmente valioso para estructurar y jerarquizar la información y recuperarla con rapidez en el momento en que la necesitemos.
Para poder utilizarlo vamos a necesitar recrear un lugar físico. Una casa, almacén o “palacio”, donde vamos a ir compartimentalizando la información que vamos a “guardar” en sus respectivas habitaciones. Es importante recrear de forma precisa cada estancia que vamos a “visitar”, ya que esto nos permitirá acceder a estos recuerdos con mayor facilidad en el futuro.
Es un método realmente útil para informaciones muy jerarquizadas y estructuradas, ya que permite “colocarlas” en secciones visuales, separando las ideas principales y secundarias con sus peculiaridades concretas. Por ejemplo ordenándolas en una estantería, de arriba hacia abajo, en diferentes baldas.
¿Cómo usarlo?
- Elige el lugar a recrear. Puede ser imaginario o real, pero debes conocerlo en profundidad para poder recorrerlo rincón a rincón sin perderte y sin olvidar detalles. Además debe ser amplio como para que puedas organizar toda la información que necesites memorizar colocándola en sitios diferenciados.
- Marca la ruta a usar para moverte por su interior, visualizando el camino y partiendo siempre del mismo punto. Parte del éxito de este método LOCI radica en seguir siempre la misma ruta. Una vez tengas automatizada la ruta no tendrás que “pasear” por tu palacio para llegar a cada información, sino que accederás directamente a ella.
- Identifica cada lugar y lo que vas a guardar en él. Puedes, visualizar cada habitación y los muebles que contiene, determinando qué se va a albergar en cada una.
- Memoriza tu estancia hasta que puedas visualizar cada característica (colores, texturas, olores, tamaños…).
- Empieza a colocar las “cosas” manteniendo una cantidad de información manejable, sin saturar. Después podremos completar estas estancias con los nuevos aprendizajes que vayamos adquiriendo. Recuerda usar estancias monotemáticas para no mezclar conceptos.
- Explora tu Palacio, recorre sus rincones. Ten en cuenta que, cuánto mejor lo conozcas más accesible será la información que hayas guardado en él.
Te puede ayudar el echo de crear un plano de tu almacén para poder visualizarlo con más claridad.
Este método no es para todo el mundo, pero ¿Te animas a probarlo?