Cierto es que en este tema no hay una respuesta clara y satisfactoria, ya que, muchas veces, depende del número de luces de la via central y de la situación.
También está claro que la Luz proximal se emplea para sedoanalgesia y aminas como la noradrenalina. También, se suele destinar para extracciones de sangre ya que el rápido flujo de sangre de la vena cava superior transporta rápidamente las infusiones desde los lúmenes más distales, lo que podría afectar a los resultados de las pruebas de laboratorio al utilizar otros lúmenes.
Dicho esto, en “Actualización enfermera en accesos vasculares y terapia intravenosa” de Carmen Carrero, Ediciones DAE (Grupo Paradigma), (paginas 90-91), se dice que:
“Luz distal, blanca, para nutrición parenteral exclusivamente, si el paciente tiene esta necesidad.
Luz Medial, rosa, para sueroterapia y drogas. Luz proximal, azul, para medicación intermitente.”
En otras guías se habla de la necesidad de usar una luz exclusiva para la nutrición parenteral, sin especificar cual, como en la Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en Adultos de 2015 referenciando a los estándares de INS 2011, que como los del 2016 establecen que “no hay recomendación especifica sobre el uso de una luz exclusiva para la administración de nutrición parenteral”